Alfredo Cáliz

Alfredo Cáliz

Fotógrafo de personas,
lugares y cosas

Proyectos

Cuando Carl Reavie y Lynton Davidson me llamaron para fotografiar en Islay no sabían si funcionaría el resultado. Me ofrecieron unas botas de agua y con unas galletas de avena sumado a un trozo de queso nos pusimos en marcha para encontrar y fotografiar las veintidós plantas con las que se hace la ginebra The Botanist. Recorrí la isla en diferentes temporadas del año y mi trabajo allí se convirtió en una parte fundamental de mi actividad profesional durante unos años.

Es el resultado de recorrer la ciudad de Bamako dentro del coche de la famosa cantante maliense Oumou Sangaré. Empujado por los tiempos a volver al formato 35mm. Surge de la fascinación y la perplejidad del hacer secuencias de fotografías en movimiento. En el interior del vehículo, dentro pero fuera de la situación. Un lugar reservado para el fotógrafo blanco. Rematado en medio formato con una salida de la ciudad a la casa natal de Oumou bajo una lluvia milagrosa. 

Fotografíe el primero en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, en el año 2013. Desde entonces he ido haciendo crecer este mosaico de parques con la intención de componer un parque ficticio hecho con trozos de parques de todo el mundo. Allá donde vayas, en todos los parques se hacen las mismas cosas.

Este conjunto de fotografías responden al deseo de poner juntos todos los viajes que he hecho al África subsahariana, a la que a mí me gustaría seguir llamando África negra, desde el año 2000. Son fotografías hechas en diferentes formatos, tanto digital como analógico. He fotografiado en Cabo Verde, Mozambique, Sudáfrica, Uganda, Bostwana, Malawi, Nigeria, Sierra Leona, Ghana, Senegal, Mali, Niger, Chad, Etiopía.

Nace paralelamente a los encargos recibidos de la revista Paisajes desde el tren en los cuales tuve que fotografiar una docena de ciudades de España. A la par que hacía fotos más comerciales y benignas me dediqué a disparar esta colección de anti postales que con un cierto sentido del humor contasen una cara B de la España de aquellos meses.

El el año 1999 la Cruz Roja nos encargó a un grupo de fotógrafos documentar la vida de las personas mayores. Cada uno pudo acercarse al tema con bastante libertad. A mi se me ocurrió que era una buena oportunidad para repartir unas cuantas cámaras desechables entre un grupo de ancianos elegidos en mi entorno cercano y abanderados por mi abuela que es quien aparece en la cama y quien resultó, finalmente, ser la portada del catálogo. El resultado itineró en una exposición: «La vejez Hoy»